Para la mayoría Orpheus es un misterio, un demonio oportunista que hacía lo que quería cuando quería. Ahora está bomba de relojería es parte de los Guardianes Eternos; unos guerreros de élite con la misión de proteger el reino de los humanos… lo quieran o no.
Orpheus tiene un único objetivo: Rescatar a su hermano del Inframundo. No espera que una mujer se interponga en su camino. Mucho menos una Siren tan hermosa como Skyla. No tiene ni idea de que es una asesina enviada por Zeus para seducirle, tenderle una trampa y en última instancia, acabar con él.
Pero Skyla podría ser quien tuviera más que perder. Existe una razón para que Orpheus le resulte familiar, una razón para que el cuerpo de ella parezca ansiar el de él. Tal vez no sea el hombre que todos creen… La verdad podría sacar a la luz un secreto letal tan antiguo comos los propios Guerreros Eternos.
Contiene ciertos spoilers del libro anterior.
En este cuarto libro, la autora cuenta la historia de Orpheus, hermano mayor de Gryphon. Un chico que sigue sus propias reglas y no se relaciona con casi nadie. Bien, su historia prometía, fue un personaje de peso en los libros anteriores pero creo que la autora no le dio el suficiente mérito en su propia historia. Se centró más en cómo rescatar a Gryphon que en como el personaje de O iba evolucionando poco a poco gracias a Skyla.
El libro se me hizo muy largo, muuuuuuuy largo. Tardé más que con ninguno. El final no me dejó con ganas de leer el libro de Gryphon, por eso me tomaré un descanso de esta saga y seguiré con otra. Es una pena que no se haya aprovechado más de esta historia, por eso le doy un 3/5.
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